¡Joder como ha cambiado el cuento!
Hoy día de San Juan Bautista es fiesta local en La Coruña, perdón A Coruña.
La corporación municipal ha cambiado la festividad de la Virgen del Rosario, patrona de la ciudad, por San Juan o concretamente por las hogueras de San Juan.
No os escandalicéis reaccionarios ¿quién se acuerda de 1589? Y ¿quién no se acuerda de la madrugada del 24 de junio de 2013?
En 1589 sucedió lo mismo, o parecido, que en 1809. La pérfida Albión desplegó su flota frente a la costa coruñesa con aviesas intenciones. Amenazas de destrucción y muerte trajeron los 23.000 hombres, mandados por Drake, que con 120 barcos asediaron la ciudad. Los coruñeses acuden a la Virgen del Rosario y se comprometen mediante voto "si se ven libres de la invasión, a celebrar solemnes cultos en honor de la Virgen del Rosario, misa y vísperas..., y que los actos religiosos se harían en la Iglesia de Santo Domingo el día 2 de julio, fiesta de la Visitación de María Santísima a su prima Santa Isabel".
Los hijos de la Gran Bretaña se hicieron a la mar once días después y ese mismo día 19 de mayo las autoridades locales, recogiendo el clamor popular de que La Coruña se había librado de la destrucción por intercesión de la Virgen del Rosario, se comprometen a cumplir el voto y a celebrar fiesta de acción de gracias, sufragar los gastos y asistir a la procesión y al culto religioso.
En 1.809 la ciudad se altera una vez más por la aproximación, no pacífica, del ejército gabacho. Se vuelve a suplicar a la Virgen del Rosario, se renueva el voto por parte de la Corporación Municipal y también en esta ocasión La Coruña se libra de la destrucción.
Zarandajas, dirán algunos, de rata de biblioteca; hoy el clamor popular, interpretado por los munícipes, son las sardinas, las hogueras y el ande yo caliente y ríase la gente. Que si la ciudad se libró de la ruina material inglesa y francesa fue para poder celebrar el solsticio de verano y purificarnos con el fuego abrasador.
Y puede que tengan razón.
No sé, pero me da por pensar, igual me equivoco, que son menos los que conocen los sucesos de 1589 y 1809 y son más los que conocen los sucesos de 2013, lo que cada uno vivió en la última noche de San Juan. Y no pongo en tela de juicio que esos hechos vividos hace un año tengan más valor que los de hace siglos para el común de los ciudadanos. Pero me preocupa que la clase dirigente -por no emplear el término de moda: casta- abandone la función pedagógica por apatía, no creo que por maldad.
Si llegamos a la conclusión de que es más importante festejar unos hechos triviales que unos actos heroicos estaremos llamando a la trivialización en detrimento de la heroicidad.
Todo cambia ¿no?
Va Caperucita Roja por el bosque y sale a su encuentro el lobo feroz preguntando
-¿a dónde vas Caperucita con esa cestita?
-a lavarme el coño al río- responde.
Y el lobo perplejo se queda meditando: ¡Joder como ha cambiado el cuento!
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