jueves, 30 de abril de 2009

Día del trabajador



Otro año más estamos en disposición de celebrar el día del trabajador, aunque cada vez son menos los valientes que entran en esta categoría. Desde “lacomunidadelvino” proponemos que se ubiquen en el calendario las fechas más convenientes para celebrar, también, los días del “trabajador ausente”, del “parado” y del “quieto”. Estos nuevos fastos no van en detrimento del uno de mayo ni pretenden suplantarlo; solo se trata de dar cobijo festivo a las nuevas realidades socio/culturales y de paso definir los conceptos para saber con exactitud qué narices estamos celebrando.
Formulamos unas definiciones que, aunque parezca contradictorio, no tienen ánimo de acotar ni de cercenar la enorme capacidad creativa de los dirigentes patrios ni la de los agentes sociales. Veamos:
Trabajador, con sus dos acepciones: “por cuenta ajena” y “porque no le queda más remedio”.
Trabajador por cuenta ajena. Se dice de aquella persona que sigue a pies juntillas la máxima revolucionaria de “me engañarán en el sueldo pero no en mi trabajo”, de forma y manera que la insatisfacción en su retribución es compensada con el menor de los esfuerzos en sus funciones.
Trabajador porque no le queda más remedio. Se dice del que según se afana así gana; vulgarmente conocido como autónomo.
Trabajador ausente. Se dice del individuo que por “h” o por “b” frecuenta poco su lugar de trabajo y dispone de una gran cantidad de tiempo para visitar centros de salud, cafeterías, supermercados, tiendas y demás lugares de obligado cumplimiento diario.
Parado. Uno de los muchos millones de españoles que no están para bromas.
Quieto. Espécimen que suele vivir de la política ya sea sindical, cultural, deportiva, social . . . etc. y carece de productividad reconocida.
Un numeroso grupo de investigadores de probado prestigio, formado por una sola persona, ha llegado a la conclusión de que sería conveniente unificar en una misma celebración a los trabajadores “por cuenta ajena”, “ausentes” y “quietos”. Para tal efecto y por la gran cantidad de público asistente que se prevé en tales ceremonias se ha recomendado el lunes de cada semana, mes y año, como el mejor de los días posibles, porque así no se solaparían con otras solemnidades que tienen gran arraigo en la nueva sociedad del ocio.
De todos es conocido que se han descartado los martes y los miércoles por estar dedicados a la “Champions” y en su defecto a la “Copa del Rey”; los jueves están ocupados por la “Uefa” y la “carallada” de los universitarios; los viernes no es buen momento porque empieza el “fin de”, el botellón y las copas, como también acontece los sábados; aunque en sábado se compagina la salida nocturna con los tres o cuatro partidos de la “Liga Bbva”; y el domingo es un día de guardar, . . . la “Fórmula Uno” y el motociclismo, por un lado, y el resto del fútbol por el otro. Solo nos quedaba el lunes por ocupar, es por ello que decretamos que el coñazo de lunes se transforme en el jolgorio del lunes, dedicado a vagos, maleantes y demás gente de mal vivir . . . perdón se me ha ido la tecla, quería decir dedicado a los trabajadores antes aludidos.
El protocolo, a seguir en los actos de agradecimiento a la diosa fortuna por la dicha de cobrar sin trabajar y por tener unos dirigentes tan comprensivos y solidarios, será libre. Tan solo se cantará el himno florecido en la visita del solemne ZP a sus amigos los sindicalistas a principios de abril. La música es la del anuncio de las muñecas de Famosa (♫♫. . . se dirigen al portal, para ver . . .♪ ♪) y la letra la que sigue:

Zapatero el de Moncloa
se dirige hacia el local
a pedir a sus colegas
su cariño y su amistad.
Y la UGT en el pesebre
se ríe porque está alegre
y la UGT en el pesebre
se ríe porque está alegre.
En la crisis jubilosa
es el mensaje pueril
de Zapatero y su llorosa.

martes, 28 de abril de 2009

Educación diferenciada

La semana pasada he recibido varias circulares, de los colegios de mis hijos, en las que se informa sobre la notificación de la Consellería de Educación que anuncia la retirada del concierto que veníamos disfrutando desde hace años.
El motivo no es otro que los colegios siguen el modelo de educación diferenciada. La educación infantil es común para niñas y niños pero al pasar a primaria las niñas se quedan en el colegio y los niños se van a otro; previa fiesta de despedida en las que las niñas, y también las profesoras, festejan que al fin se quedan solas y los niños celebran que al fin dejan de estar en un cole de niñas para incorporarse a su deseado colegio de niños en el que, ya, han hecho sus pinitos en alguna actividad deportiva o de verano.

Hasta aquí todo parece normal: ellas encantadas, ellos más y los padres satisfechos porque esa es la elección que hemos tomado libremente. Pero todo cuento que se precie no tiene un final feliz inmediato, sino más bien se han de pasar algunas asechanzas y algunos peligros procurados, como no, ora por ogros liberticidas ora por magos sectarios.
Y sucedió que los ex moradores de los edificios administrativos fueron regalados del pueblo llano y votante con un pasaporte para el infinito y más allá. Persuadidos de que tanto coche presidencial, tanto barco del amigo vicepresidencial, tanta imposición lingüística, tanta subvención de los suyos, tanta concesión a los próximos, tanta contratación de los propios . . . y tanta doble gestión de la ruina, durante casi cuatro largos años, era insoportable si de otra legislatura se tratara.
Y siguiendo la máxima del escudo de armas de su gran líder “esto hay que sacarlo como sea” se afanaron, a última hora, con tal arte y tan poca tregua que de haber dado muestras de esta laboriosidad durante su concluso mandato, otro gallo hubiese cantado. Entre las cosas que tenían que quedar bien atadas se encontraba una nueva vuelta de tuerca en el negociado de las maltrechas enseñanzas medias. Había que aprovechar los días del Gobierno en funciones para arrimar el ascua a lo que quedaba de su sardina que solo era la raspa y arrebatar el concierto a los colegios que se diferenciaban . . . de su enfoque ideológico.
Algunos medios de comunicación, los suyos que son casi todos, aplaudieron con inmediatez estas decisiones en aras de conseguir la plena igualdad entre hombres y mujeres. Y algún preboste socialista (que no es un insulto . . . lo de preboste) llegó a vincular la separación de niñas y niños, en el aula, con la llamada violencia de género.
Vamos que los padres que elegimos este tipo de educación acabaremos tildados de fomentar el terrorismo doméstico o contra la mujer.
Pues no, por aquí no paso. Que la vida pública esté inundada de los más torpes, pase; que si para ser arquitecto hubiese que tener la misma formación que para ser político los edificios se caerían a nuestro paso, pase. Pero, encima de cornudo, apaleado, o a lo bestia que es como disfruta la tropa: encima de puta a pagar la penicilina, . . . no pase.


Para solaz de indocumentados y como dice mi mujer:
  • Mi niña va a un colegio femenino porque quiero que tenga todas las oportunidades que no tendría en uno mixto (véase las estadísticas sobre acceso a carreras técnicas de alumnas de colegios femeninos).
  • Mi niña no tiene por qué sufrir la violencia (a dar una vueltecita por los coles e institutos).
  • Mi niña será valorada por lo que es y no por como sea su físico (las guapas son las encumbradas y las estudiosas son las empujadas . . . escaleras abajo).
  • Mi niña crecerá con el ritmo de sus compañeras (y no tendrá que esperar a que maduren sus compañeros).
  • Mi niña está perfectamente integrada y actúa con total naturalidad con sus hermanos y con sus amigos (sin necesidad de ocultar su femineidad).
  • Mis niños van a un colegio masculino donde no se frustrarán porque la primera de la clase siempre será una niña (y no acabarán resolviendo su frustración por la fuerza).
  • Mis niños competirán lealmente con sus compañeros madurando cuando les corresponde (más tarde que las niñas).
  • Mis niños se formarán sin distorsiones ajenas al ambiente académico (bastantes tiene la vida).
  • Mis niños respetan a las niñas porque así han sido educados (sin tener que abjurar de su masculinidad).

No quiero decir que no se puedan conseguir estos objetivos en los centros mixtos, pero nosotros hemos querido elegir esta educación porque pretendemos que nuestra hija siga su “cursus honorum” en tiempo y forma. Y ese es el problema, que una parte de la clase política no ve con buenos ojos que nos permitamos el lujo de elegir. Menos mal que todavía podemos votar y hace poco lo hemos hecho en Galicia.
La Xunta ha muerto, viva la Xunta.