Noventa mil empleados públicos más.
Y van 3,17 millones. Según alcanzan mis entendederas es la cifra más alta de empleados públicos que jamás ha habido en España. ¡Anda que si con un poquito más de tontería, del pueblo soberano, nos plantamos en cuatro millones de empleados públicos y seis millones de parados! Y nos encontramos con diez millones de improductivos ¿Qué milagro económico necesitaríamos? ¿El de los panes y los peces? Me temo que no llegaría “pa ná de ná”.
Según la Encuesta de Población Activa hay 19,5 millones de ocupados (según su terminología) y no me extraña nada que esos pobres estén (o estemos mientras dure) muy, pero que muy ocupados. ¡Pero cómo cojones no vamos a estar ocupados! Si a fin de cuentas pareciera como si a cada dos trabajadores (no públicos) los uncieran a uno de los pertenecientes a los otros dos grupos de la EPA. Mira que le costó a mi bisabuelo salir del campo para trabajar en la ciudad y ahora su bisnieto tiene que acarrear como un mulo el peso de un pobre parado o el de un servidor de la res pública.
Por mucho menos se acuñó lo de “las mulas de Mario” para referirse a los legionarios del invicto general, tío de Cesar, que cargaban con una indumentaria considerable. Es posible que las generaciones venideras nos conozcan como “las mulas del ZoPenco” para referirse a los machacados ciudadanos sufridores del borrico que nos gobierna, tío de algún sobrino gótico, que cargamos con todas sus irresponsabilidades.
El pueblo soberano dirá. Y lo hará muy pronto; de momento los palmeros del régimen están allanando el camino de su señor plantando a sus pies las miles de lisonjas sobre su buen hacer como gran pacificador de la reinventada ETA. Y más vale lo malo conocido que “el machismo genético de la derecha” (Rubalcaba dixit)
¿Os acordáis de las risas cuándo la ministra Calvo confundió el latinajo “dixit” con el Dixie , el Pixie y los “marditos roedores”?(1) Claro, Calvo estaba al frente de la Cultura (con mayúsculas) y su cultura era muy basta, que no vasta, de dibujos animados, de ahí no pasaba la muy ministra de cuota. Sí, unas risas entonces; maldita la gracia que nos hacen ahora, arruinados, las bromitas de estos.
¿Y el pueblo soberano? . . . sesteando.
(1) Senador Juan Van-Halen Acedo (PP): "Centrándonos en el período negro, Calvo «dixit», en el año 2000 dos filmes, «La comunidad» y «Año mariano», superaron cada uno de ellos el millón trescientos mil espectadores. En 2001, año negro también, Calvo «dixit», las cifras fueron de asombro --el mejor año, con mucha diferencia, del cine español--: «Los otros» consiguió 6.242.330 espectadores (...)".
Carmen Calvo, ministra de Cultura: "Señoría, usted para mí nunca será Van-Halen «Dixi» ni «Pixi»; será su señoría, el senador Van-Halen, precisamente porque estamos en una Cámara de representación democrática en nuestro país, precisamente porque estamos en el Senado. Y desde ahora le adelanto que ese modelo de intervención, con alusiones pretendidamente ingeniosas acerca de las personas, en este caso de mi persona, si quiere, se las puede ahorrar, porque no voy a contestarlas."
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