Dios reunió a los ángeles y les dijo: He decidido hacerme hombre y pasar unos años en la Tierra. Las cosas no van bien por ahí abajo y solo yo puedo arreglarlas.
Los ángeles dijeron: ¡Oooooohhhhh!
Y Dios continuó hablando: Voy a elegir un consejo de ángeles para que preparen mi nacimiento y necesito voluntarios.
Inmediatamente cuatro ángeles que siempre estaban juntos levantaron la mano.
Dios los miró y dijo: Bien vosotros cuatro, ¿sois nuevos verdad?, preparadlo todo, quiero algo sencillo.
Los cuatro ángeles se reunieron inmediatamente y después de pensar mucho se fueron a contarle al Jefe su plan: Señor, lo tenemos todo preparado, esperamos que te guste. Vas a nacer en Roma en el palacio del emperador, tu madre será una sobrina suya que se casará con un general que ha vencido en muchas guerras. Será en verano pero para que no pases calor vamos a meter el viento fresquito de La Coruña en grandes sacos y lo soltaremos poco a poco. Habrá un gran desfile con los legionarios, la caballería y los arqueros. Y estarán todos los senadores y muchos reyes.
Dios les dijo: Está bien eso del desfile, muchas gracias pero ¿en Roma y con viento coruñés? ¿Y familia del emperador? . . . Quiero algo más sencillo.
Los cuatro ángeles siguieron pensando y al rato volvieron a ver al Jefe: Señor lo hemos pensado mejor y nacerás en Israel que para eso es el pueblo elegido. Será en el palacio de Herodes y tu madre será una prima suya que se va a casar con un gran maestro. Mejor que nazcas en invierno porque vamos a traer el calor de Madrid en unas botellas.
Y Dios volvió a darles las gracias: Está bien eso de nacer en Israel pero ¿familia de Herodes y calor de Madrid? . . . Quiero algo más sencillo.
Los ángeles bajaron a la Tierra para buscar algo más sencillo y vieron que se habían equivocado, había pocos reyes y pocos palacios y no vieron desfiles. Estaban cansados de andar y muy tristes. Se les acercó una chica que les preguntó qué les pasaba. No sabía que eran ángeles porque tenían las alas recogidas. Ellos le dijeron que habían fallado a Dios, que se habían equivocado y que les iban a castigar. La muchacha les dijo que Dios era un Padre que perdona siempre, que no debían tener miedo y que estuviesen alegres como ella lo estaba. Les habló tan bien que quedaron encantados.
Se volvieron al cielo y fueron a ver al Jefe: Señor, nos equivocamos en todo, en lo de los palacios, los desfiles, el viento fresquito y el aire caliente . . . pero hemos encontrado a tu madre.
Y Dios que lo sabe todo, por eso es Dios, les dijo: Sí, habéis encontrado a mi madre, se llama María, se casará con un buen hombre llamado José que es carpintero y naceré en Israel y tendré un desfile, habrá reyes pero cambiaré a los soldados por pastores. Y no habrá viento fresquito en sacos ni aire caliente en botellas, buscaremos algo más sencillo . . . a lo mejor un buey y una mula.
Diego Rguez.-Gilgado de Tena. Sexto de Primaria.
Ganador del concurso de cuentos de Navidad 2011 del colegio Peñarredonda (La Coruña).